martes, 19 de junio de 2007

David vs. Goliat: tecnología, cambio organizacional y el futuro de las guerras

Los remito a un artículo aparecido el 18 de mayo de 2007 en el New York Times. El autor, David Brooks, es un experto en asuntos militares. En esta oportunidad, reseña un libro escrito por ex aviador y estratega, John Robb, quien plantea que los cambios tecnológicos han hecho a los Estados tradicionales más vulnerables frente a insurgencias más flexibles y horizontales.

Básicamente, Robb nos dice que las nuevas tecnologías de la información permiten la conformación de redes de insurgentes, cuya estructura organizacional es más resistente a la fuerza bruta de las grandes potencias, y es capaz de derrotarlas. Es uno de los conceptos básicos de las guerras de cuarta generación (también llamadas guerras asimétricas....si les suena conocido, les puedo jurar que es pura coincidencia...).

La Ventaja del Insurgente

David Broooks - 18 de mayo de 2007 - New York Times

La guerra contra el terrorismo ha destruido la reputación del gobierno de Bush. Destruyó la reputación del gobierno de Tony Blair en Gran Bretaña, del gobierno de Ehud Olmert en Israel y del gobierno de Nuri al-Maliki en Irak. Aquí les va una predicción: destruirá a futuros gobiernos estadounidenses, así como a futuros gobiernos israelíes, europeos y mundiales.

Eso es porque los contratiempos en la guerra contra el terrorismo no provienen sólo de errores individuales de líderes y generales. Son estructurales. Gracias a una serie de innovaciones tecnológicas organizacionales, las insurgencias-guerrillas son crecientemente capaces de enfrentar y derrotar a los Estados-nación.

....acá les van dos ejemplos de lo que plantea Robb:

"...Hay entre 70 y 100 grupos que componen la insurgencia iraquí, y están organizados, según Robb, como un bazaar. No tiene sentido decapitar a la cabeza de la insurgencia o causar disrupción en su estructura de mando, porque la insurgencia no tiene estas cosas. En vez de eso, es un enjambre de compañías diversas que comparten información, aprenden de los experimentos de cada uno y responden rápidamente a las señales del entorno..."

"Las guerrillas globales superempoderadas - ya sean Al Qaeda, los insurgentes iraquíes, los luchadores petroleros de Nigeria o la pandilla brasileña del PCC - se especializan en lo que Robb denomina disrupciones de sistemas. Ellos atacan las redes que nutren la vida moderna. En un caso particular, los insurgentes iraquíes se gastaron $ 2,000 en volar un oleoducto en el sur de Irak. Ese atentado le costó al gobierno iraquí $ 500 millones en ingresos perdidos. Para los insurgentes, la acción tuvo un retorno sobre la inversión de 25 millones por ciento".

(Pueden leer el resto en:
http://abumuqawama.blogspot.com/2007/05/david-brooks-on-insurgencies.html)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Absolutamente de acuerdo con la apreciación, aunque un poco aventurada la tesis sobre el absoluto desmembramiento de los centros mundiales del poder.

En la actualidad, una red global de información con fuerte inversión tecnológica es más poderosa y peligrosa que cualquier ejército. La comunicación es un recurso estratégico, la clave está en saber dosificarlo y administrarlo.

Anónimo dijo...

Los tiempos cambian, eso es indudable. Pareciera que las guerras “convencionales”, donde dos o mas ejércitos se enfrentan de manera directa, han cedido terreno a un nuevo tipo de guerra, una guerra donde más que la confrontación directa se busca el desgaste físico y moral. La famosa “guerra de guerrillas” tiene su inicio en Vietnam. El ataque sorpresa a un punto táctico militar del enemigo, se parecería al robo de un banco, ya que en lugar de destrozar a punta de plomo (como decimos coloquialmente) la sede bancaria, simplemente se extrae el dinero en el menor tiempo posible para evitar una confrontación con la policía. La guerra de guerrillas es una guerra de desgaste, es una guerra psicológica más que militar.

El camuflaje que utilizan los militares hoy en día en su indumentaria sirve para una cosa: disminuir la visibilidad del enemigo en el campo de batalla, de tal manera que se parte del principio que si se logra compaginar con el ambiente el blanco que el enemigo busca, entonces se reducirá drásticamente las posibilidades de que el enemigo efectivamente golpee el blanco. Mucho mejor, desde el punto de vista defensivo, seria que no existiera un blanco específico sino que este tuviera la capacidad de disgregarse como la arena en las manos de una persona, de forma tal que la fuerza que el enemigo pueda aplicar no sirva de nada ante un enemigo invisible. Esto es lo que pasa hoy en día, es imposible identificar y ubicar a un enemigo que se cubre en la infinidad del internet y que no tiene nombre.

Julio Márquez

Anónimo dijo...

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