lunes, 18 de junio de 2007

Teoría de los juegos

La teoría de los juegos es un modelo analítico proveniente de la matemática, que ha sido aplicado para buscar la resolución de problemas específicos a través de la toma de decisiones racionales por parte de los actores involucrados en una situación particular. Definiremos racionalidad como la capacidad de un actor para actuar en pos de maximizar beneficios y minimizar perjuicios.
Aplicando el modelo de la teoría de los juegos al ámbito de las relaciones públicas, nos encontramos con que un modelo en el que un actor es la empresa y el otro los públicos, nunca podría ser un juego de suma cero. Un juego de suma cero implica que lo que uno de los actores gana lo pierde el otro, y aplicado a la relación empresa-público, resulta de una lógica aberrante. Uno de los objetivos fundamentales de las relaciones públicas es que las empresas obtengan el apoyo y colaboración de sus públicos (o en su defecto reduzcan al mínimo la oposición y/o interferencia) porque de esta manera pueden tener éxito en el cumplimiento de sus objetivos de una manera más sencilla.
Si suponemos que el modelo es un juego de suma cero, entonces cada éxito de la compañía se traducirá automáticamente en una pérdida para el público y de esta manera se configura una relación antagónica que no auguraría nada bueno para el futuro de la empresa.

De lo anteriormente expuesto se desprende la conceptualización inversa, es decir, que el juego en el que participan la empresa y su público debería ser un juego de suma variable cooperativo, en el que se busquen las opciones que si bien puedan no otorgar el máximo de gratificaciones a las partes, terminarán por determinar una relación simbiótica que garantizará que la empresa no solo obtenga sus objetivos sino que además termine por imbuirse en el tejido social de la comunidad o comunidades que la acogen.

Otra posible aplicación de la teoría de los juegos a las relaciones públicas lo encontramos en el manejo de crisis, en pos de desarrollar un modelo racional que permita controlar los daños de un evento inesperado que pueda ocasionar grandes perjuicios a la compañía. En este sentido, la aplicación de la teoría de los juegos debe considerar el modelo a la inversa: no buscar la decisión con mayores beneficios, sino la que reduzca a su mínima expresión los daños que debe aceptar la compañía.

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